Juana Paula Manso, nació en Buenos Aires (Argentina), el 26 de junio de 1819, en un hogar de clase media. Su padre era un inmigrante andaluz, ingeniero, casado con una joven porteña de ascendencia hispánica.
Manso siempre destacó por su inteligencia y curiosidad, los métodos de enseñanza que se aplicaban por aquel entonces la aburrían soberanamente, así que decidió estudiar por su cuenta, interesándose por aprender lenguas extranjeras y música. Se convirtió en una de las más grandes teóricas de la educación nacional, escribiendo los anales de la educación común que había creado Sarmiento. Ejerció varios cargos docentes, tanto en forma privada como publica, en Uruguay y Argentina.
Su vida se desarrolló en la época en que se llevaban a cabo las guerras por la independencia y civiles, en el Virreinato del río de la Plata. Con veinte años tuvo que emigrar con su familia, por manifestar la oposición al gobierno de Juan Manuel de Rosas y apoyar la generación del 30, razón por la que también le confiscaron sus bienes.
Se casó con Francisco de Saá Noronha, violinista portugués, del que recibió constantes humillaciones. Ella, toleraba los malos tratos, porque creía que la vida de una mujer estaba llena de sacrificios.
Era una luchadora acérrima por la igualdad y los derechos de las demás mujeres, pudiendo llegar a emanciparse. Se confesaba una romántica, a la que no le quedo más remedio que endurecer su corazón, para que fuese beneficioso para ella. Proclamo que la desigualdad se remediaba por medio de la educación para todos. También exigía el matrimonio civil y opinaba que el divorcio era un aprendizaje.
Abogaba por un estado laico, con libertad religiosa y fuera de la dominación de la iglesia católica, pero sus pensamientos libres solo le traían problemas y era rechazada en la sociedad de su época. Duramente criticada e incluso vejada.
En la literatura, ha sido considerada, como una de las precursoras de la novela hispanoamericana. Se introdujo como escritora, y se definía como: «Mujer Autora», un trabajo que la sociedad en esos tiempos reservaba a los hombres exclusivamente, pues su labor era solamente ser ama de casa y criar hijos. El resto de mujeres que escribían en la época, debían utilizar un seudónimo masculino. Juana Manso, desafío todas esas absurdas normas y firmo sus escritos con su verdadero nombre y decidió además figurar como directora y dueña.
En una epidemia de cólera, que afecto de forma masiva a la población, escribió como periodista una columna que titulo: «La educación de la muerte», daba consejos acerca del aseo urbano y solicitaba la higiene de la población tanto física como moral.
Dedicó un escrito al Alma, la definió como una «fuerza sensible, inteligente y libre». Dejando demostrado que todas las personas tienen un alma, aunque algunas personas no creen poseerla o no deberían llegar a tenerla.
Dirigió «O Jornal das Senhoras», el primer periódico de Latinoamérica destinado al público femenino, En Buenos Aires fundo: «Álbum de señoritas». La temática se centraba en la: «moda, la literatura y el teatro», proyecto con el que estuvo siempre comprometida.
Los diarios y publicaciones la atacaban constantemente de forma brutal, rechazándola en la sociedad, por su condición de mujer luchadora. No pudo con la presión y todo comenzó a hacer mella en su salud, provocándole enfermedades importantes que terminaron por llevársela de enfermedad cardiovascular con solo 55 años. Se negó a recibir la extremaunción y como castigo póstumo, tuvo que ser enterrada en el cementerio británico. Sus amigos vieron en esta última voluntad una muestra de coherencia entre sus pensamientos, modo de vida y de morir. Actualmente, varias calles, entre ellas una en «Puerto Madero en Buenos Aires», varias escuelas, así como certámenes de literatura y periodismo, llevan su nombre.
Fue una mujer «culta, inteligente, pionera, racional, solidaria y valiente» que, sin embargo, por el hecho de destacar, se la masacro y maltrato con saña. Defendía a los demás y nadie tuvo un ápice de humanidad a cambio con ella. Quiso cambiar el mundo y realmente el mundo, a veces, no quiere dar un paso adelante y no se deja cambiar…