Luz.
Ayala acudió desde Navia, como cada crepúsculo, para ver el cielo estrellado en el punto asturiano más al norte, como si de ese modo pudiese colocarse en el lugar en que la rosa de los vientos le indicase para tomar las decisiones correctas de su vida. La noche transcurría serena cuando un nubarrón eclipsó a … Leer más